martes, 9 de octubre de 2018





SEMBRANDO VIDA*
-proyecto de comunidades sustentables-


*Palabras pronunciadas en el evento del lanzamiento del nuevo proyecto de la Secretaría de Bienestar Social (2018-2024). Ciudad de México, octubre 8, 2018

Querido Andrés Manuel,
Estimados participantes
Respetados asistentes,

Para quienes por mas de 40 años nos hemos dedicado al estudio de la naturaleza y a las relaciones que las distintas culturas de México y del mundo establecen con ella, celebramos que este movimiento felizmente convertido en gobierno al que hemos apoyado como simples ciudadanos y como asesores y colaboradores, esté ya integrando a sus planes estratégicos como nunca antes  y de manera decidida e inteligente, esa preocupación que hoy nos mueve a la acción a millones de seres humanos en todo el mundo. La preocupación por el equilibrio ecológico del planeta, por el resto de los seres vivos y por nuestra propia especie humana.

No solo existe la sensibilidad hacia los cientos de movimientos socio ambientales que llevan a cabo en nuestro país batallas heroicas y nobles resistencias de carácter étnico y ecológico, sino porque hace compromisos y perfila proyectos de respeto al ambiente y a los procesos naturales. La 4ª transformación comienza en el corazón de la Tierra, con este estupendo programa “sembrando vida” que hoy comentaremos, pero también rechazando el uso de la técnica del fracking para extraer petróleo y gas, así como congelando los cultivos transgénicos, o removiendo la ley que abría la posibilidad de privatizar el agua. Igualmente destaca el ambicioso proyecto nacional de transición hacia las energías del sol, que habrá de lograr la soberanía energética en el mediano plazo. Solo faltaría un programa nacional de agroecología capaz de sustituir el modelo agroindustrial que hoy domina y que depreda muchos recursos de la naturaleza (suelos, aire, mantos acuíferos, semillas, paisajes), produce alimentos dañinos y de baja calidad nutricional, e ignora todo el legado de la agricultura tradicional mesoamericana; y claro lo más difícil: un plan industrial ambientalmente orientado y ciudades sustentables que eviten el colapso hacia el que se dirigen las mayores ciudades del país, comenzado en la que estamos.

“Sembrando Vida”, vaya frase ¡!! Es uno de los proyectos mejor construidos que he conocido. Su ambiciosa proyección, un millón de hectáreas y 400,000 productores, alcanzará a impactar a una población rural de más de 2 millones.
Tiene el doble objetivo de regenerar los sistemas forestales y la vida comunitaria, de empoderar a las familias campesinas robusteciendo sus relaciones con el entorno natural, es decir poniendo de nuevo a la naturaleza como su principal aliada.  Para lograr este objetivo promueve la construcción de cooperativas que se van concatenando, pero también apoya la asistencia técnica y social, ofrece becas a jóvenes locales, dota a las comunidades de viveros y biofábricas y además facilita los bancos o cajas de ahorro en cada comunidad.
El proyecto también contempla la obligada convergencia entre los saberes locales y los centro de investigación científica y tecnológica del país. Aquí debo mencionar que existen en México al menos tres redes de investigadores apoyados por el CONACyT, cuyas tareas serán de enorme utilidad para el proyecto: nuestra propia Red sobre el Patrimonio Biocultural, la Red de Sistemas Agroforestales y la Red de Productos Forestales no Maderables. Estimo que entre las tres se conjuntan unos 250 investigadores.

Permítanme sin embargo enfatizar lo que considero es la mayor fortaleza del proyecto: La de estar inspirada en una estrategia que deriva de una historia potente y portentosa de al menos 9,000 años, en el que los pueblos mesoamericanos domesticaron al maíz y otras 200 especies, y el maíz domesticó, civilizó, a los pueblos en un acto de reciprocidad, de evolución mutua. Ese aprendizaje hizo también que las llamadas culturas mesoamericanas, siempre supieran combinar sus milpas, las cuales incluyen no solamente al maíz sino decenas de otras especies útiles de plantas, con un manejo inteligente de la vegetación circundante: bosques, selvas y matorrales. Tras la conquista europea y la llegada de la ganadería, esos pueblos agregaron además a sus sistemas agrícolas y forestales a las especies de bovinos, caprinos, ovinos y equinos. Por ello, la estrategia mesoamericana es siempre un sistema agro-silvo-pastoril, basada en la diversidad o el uso múltiple. Hoy, en las regiones donde aún se mantienen estas formas de interacción con la naturaleza, los pueblos se encuentran rodeados de mosaicos de paisajes arbolados donde se práctica por igual la agricultura, la ganadería y la producción forestal y, en algunos casos, también la pesca. Estas regiones son las que mejor presentan un cierto equilibrio y una cierta salud ambiental.

Se trata de la creación de sistemas agroforestales resultado de la conversión de “selvas y bosques naturales” a “selvas y bosques humanizados”. Este proceso implica no solamente un cambio en la composición original logrado mediante la manipulación de especies, sino la conducción del fenómeno de regeneración ecológica, que es el proceso por el cual una selva o un bosque se van recuperando a través del tiempo. Todo ello lo saben los actores tradicionales del campo de México, y por eso crean diseños donde buena parte, la mayoría, e incluso todas las especies de plantas son útiles a los productores. Estos “jardines forestales”, tienen la virtud de mantener la estructura y buena parte de las funciones del ecosistema forestal original a través de la co-existencia de especies de plantas silvestres y cultivadas, nativas e introducidas, al mismo tiempo que ofrecen numerosos productos para la propia familia, los mercados locales y regionales e incluso para la exportación hacia las grandes ciudades y otros países.

En México, los sistemas agroforestales tradicionales siguen vigentes en numerosas regiones del país, lográndose identificar hasta 20 tipos según la nomenclatura  vernácula.  Dos ejemplos bien conocidos son el T ^elom de los huastecos y el Kuojtakiloyan de los nahuas de la sierra norte de Puebla. En ambos sistemas se alcanzan entre 300 y 400 especies útiles: una diversidad extraordinaria que combina cultivos comerciales exóticos o nativos como son el café, el cacao, la vainilla, el hule, la pimienta, el mamey, el mango, el plátano, los cítricos, los aguacates,  entre muchos otros, con una enorme riqueza y variedad de especies arbóreas, arbustivas y herbáceas. Todo ello permite conciliar producción con conservación.

El proyecto pone entonces la muestra de lo que debería ser toda una política de  estado: construir una modernidad alternativa, anti-neoliberal, que deje atrás el mundo de los negocios y de la tecnocracia, y esté basada en el respeto, no en la supresión de la tradición, que en el país es muchísima.

Creo sinceramente que el nuevo gobierno surgido de la decisión cauta y bien intencionada de mas de 30 millones de mexicanos se irá perfilando conforme pase el tiempo hacia una “política por la vida”.   Se trataría de diseñar integralmente una política por los elementos vitales: aire, agua, energía, alimentos, materias primas y un hábitat seguro y digno. Nadie en su sano juicio puede estar en contra de una “política por la vida”, de una bio-política, de una eco-política. Solo aquellos con interese perversos, o con pretensiones individualistas, o los que viven atrapados en el consumismo o en el confort, en el hedonismo, la desesperanza o el cinismo pueden oponerse a semejante idea.

Con este proyecto que hoy se anuncia, se inaugura una vertiente civilizatoria novedosa, que puede situar al país a la vanguardia de las naciones. Sembrar vida es hacer historia con la naturaleza. Estoy convencido que la 4ª gran transformación será el de un cambio civilizatorio o no será. La 4ª transformación será solar, orgánica, democrática, social y ecológica o no será. Hagamos historia con la naturaleza de nuestro lado, no llevándola en contra.


VÍCTOR M. TOLEDO/


3 comentarios:

  1. Excelente descripción general de un problema añejo, pero. Sobre todo, la posibilidad real de resolverlo. Sin duda ganamos todos.

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  2. Muy buen análisis descriptivo de la situación actual de nuestro país, si todos ponemos nuestro granito de arena, éste proyecto muy pronto será imitado por otros países.

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