MÉXICO
R3: REDES REGIONALES DE RESISTENCIA SOCIO-AMBIENTAL
Podemos visualizar casi una veintena de redes regionales que
ilustran esta nueva fase de resistencias ecológico políticas y que son, por
supuesto, iniciativas en defensa de los territorios, la cultura y las
autonomías locales, municipales y micro-regionales. Además de las dos redes ya
mencionadas en La Laguna y en Guanajuato, se debe citar a los Pueblos en
Defensa del Territorio de la Huasteca y el Totonacapan en la Sierra Madre
Oriental y al Frente Hidalguense de Comunidades en esa porción de la república.
En la capital del país a la Asamblea Autónoma de Pueblos de la Cuenca de México
que agrupa a las comunidades rurales de la CDMX y a las poblaciones indígenas
urbanas, representando a 18 pueblos originarios de la demarcación, en su
mayoría agrícolas y forestales. Diferentes organizaciones sociales y
colectivos ciudadanos crearon el Movimiento para la Defensa del Agua, del
Territorio y la Vida (Modatv), que buscará derogar la privatización del líquido
en Puebla e impulsar una nueva Ley de Aguas Estatales.
Además está la Asamblea Permanente
de los Pueblos de Morelos con 38 comunidades luchando por la autonomía y el
agua. En Oaxaca destacan las históricas organizaciones en defensa de los
territorios de la Sierra Norte y más recientemente la Coordinadora de Pueblos
Unidos por el Cuidado
y Defensa del Agua (Copuda ) que agrupa a 16
comunidades de los valles Centrales,
que luchan por un
acceso justo al vital
recurso acuífero a partir de prácticas comunitarias. En la entidad están
también las resistencias del Istmo de Tehuantepec contra los proyectos eólicos
encabezados por la APIIDTT (Asamblea
de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio). En
Chiapas por lo menos deben citarse además de los Caracoles Zapatistas, las dos
iniciativas de la iglesia progresista en su porción norte: la Misión Jesuita y el Movimiento en
Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite) que agrupa a miles de indígenas
de once municipios. Más recientemente la batalla ganada por los pueblos zoques de
trece municipios que lograron detener la Reforma Energética y la explotación
del petróleo en su territorio. En la Península de Yucatán están las
resistencias de las comunidades mayas productoras de miel contra la soya
transgénica y, más recientemente , el frente contra los proyectos corporativos
de energía solar y eólica. La máxima expresión de estas redes regionales de resistencia
se alcanza en la Sierra Norte de Puebla con el frente de 232 comunidades nahuas
y totonakús animadas por sólidas organizaciones como el Consejo
Maseual Altepetapianij para la Defensa del Territorio y el Consejo Tiyat Tlali.
Podemos visualizar casi una veintena de redes regionales que ilustran esta nueva fase de resistencias ecológico políticas y que son, por supuesto, iniciativas en defensa de los territorios, la cultura y las autonomías locales, municipales y micro-regionales. Además de las dos redes ya mencionadas en La Laguna y en Guanajuato, se debe citar a los Pueblos en Defensa del Territorio de la Huasteca y el Totonacapan en la Sierra Madre Oriental y al Frente Hidalguense de Comunidades en esa porción de la república. En la capital del país a la Asamblea Autónoma de Pueblos de la Cuenca de México que agrupa a las comunidades rurales de la CDMX y a las poblaciones indígenas urbanas, representando a 18 pueblos originarios de la demarcación, en su mayoría agrícolas y forestales. Diferentes organizaciones sociales y colectivos ciudadanos crearon el Movimiento para la Defensa del Agua, del Territorio y la Vida (Modatv), que buscará derogar la privatización del líquido en Puebla e impulsar una nueva Ley de Aguas Estatales.
Además está la Asamblea Permanente
de los Pueblos de Morelos con 38 comunidades luchando por la autonomía y el
agua. En Oaxaca destacan las históricas organizaciones en defensa de los
territorios de la Sierra Norte y más recientemente la Coordinadora de Pueblos
Unidos por el Cuidado
y Defensa del Agua (Copuda ) que agrupa a 16
comunidades de los valles Centrales,
que luchan por un
acceso justo al vital
recurso acuífero a partir de prácticas comunitarias. En la entidad están
también las resistencias del Istmo de Tehuantepec contra los proyectos eólicos
encabezados por la APIIDTT (Asamblea
de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio). En
Chiapas por lo menos deben citarse además de los Caracoles Zapatistas, las dos
iniciativas de la iglesia progresista en su porción norte: la Misión Jesuita y el Movimiento en
Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite) que agrupa a miles de indígenas
de once municipios. Más recientemente la batalla ganada por los pueblos zoques de
trece municipios que lograron detener la Reforma Energética y la explotación
del petróleo en su territorio. En la Península de Yucatán están las
resistencias de las comunidades mayas productoras de miel contra la soya
transgénica y, más recientemente , el frente contra los proyectos corporativos
de energía solar y eólica. La máxima expresión de estas redes regionales de resistencia
se alcanza en la Sierra Norte de Puebla con el frente de 232 comunidades nahuas
y totonakús animadas por sólidas organizaciones como el Consejo
Maseual Altepetapianij para la Defensa del Territorio y el Consejo Tiyat Tlali.
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